Quisiera compartir una pequeña
reflexión que hice hoy mirando la TV... Viendo las noticias, salió una pareja
que estaba endeudada hasta el cuello y con 4 meses de dividendo atrasado,
llorando por no poder pagar y con el temor de perder su casa, luego en otra
nota el presidente de la cámara de diputados, Nicolás Monckeberg, aparece
buscando a los trabajadores más longevos del país para entregarles una medalla
de reconocimiento por su esfuerzo y perseverancia... Un hombre de 86 años
llevaba 70 cotizando, y no porque quisiera tener su previsión de salud, sino
porque seguía trabajando.
Cada vez que tomo la locomoción a la Universidad veo una masa de
gentío empujando, apretando y vociferando contra el chofer, luchando por que
pare el micro para poder llegar a la hora a la pega. Y no puedo ver otra cosa
que gente de mucho trabajo y esfuerzo, la llamada "clase
trabajadora", e independiente del color político que cada cual profese es
innegable la realidad que enfrentan miles de familias para ganarse el pan
diario.
Después de la revolución industrial y los avances de la
administración científica las fábricas comenzaron a adquirir personal fijo, y a
medir sus tiempos de producción en base a estudios científicos de los
movimientos. Esto, junto al factor dinero ha creado un fenómeno social moderno
parecido a la esclavitud de antaño. Si observamos el flujo circular de la renta
podemos observar a 3 grandes entidades económicas, las empresas, las
familias y el gobierno...
Las familias ofrecen fuerza trabajadora a las empresas, quienes a
su vez les remuneran con dinero (que el banco central le vende al país con
intereses), dinero con el que las familias demandan bienes y servicios a las
mismas empresas que los explotan y les devuelven el dinero que lograron
conseguir en base al trabajo. Por otra parte el gobierno impone impuestos a las
familias y empresas (donde las familias suelen resultar las más perjudicadas, y
muchos instrumentos que las empresas utilizan para evadir dichos impuestos o la
mayor parte de ellos.) y ofrece subvenciones y prestaciones. Los estudiosos de la economía arguyen que todo sistema
requiere un orden y estoy de acuerdo pero evidentemente el sistema actual esta
fundado en el consumismo y en la compra de la felicidad, lo que nos sumerge
nuevamente en el mismo sistema de trabajar para pagar deudas, lo cual convierte
a las personas en dobles esclavos: primero del sistema monetario y segundo de
sus empleos que les permiten sustentarse y pagar créditos, muchas veces únicas
alternativas para poder surgir o más bien subsistir y dicho sea de paso,
enriquecer cada vez más a los más ricos.
Resulta gracioso y triste a la vez ver a familias completas cada
uno en su laptop en la misma casa, sin comunicarse. Trabajo en la Biblioteca de
mi Universidad y hace poco quise ver que hacía la mayoría en los computadores
pues estaban todos ocupados, y a medida que caminaba veía a todo el mundo
mirando Facebook... ¿Será que las redes sociales se están apoderando de nuestra
vida familiar y nuestra capacidad de comunicarnos? ¿De generar lazos profundos
con los que nos rodean?
¿Es más importante publicar ahora lo que estoy comiendo en vez de
la comida misma compartida quizás con la familia?
Pido perdón si esta nota resulta poco concreta, pero creo
sinceramente que todos estos fenómenos sociales se van dando entrelazadamente.
Ojalá podamos reflexionar y trabajar por nuestra comunidad, nuestro entorno,
nuestro prójimo, mal que mal todo fenómeno social y todo "sistema"
consta de individuos... Me cuesta imaginar a gente muy poderosa manejándonos en
reuniones secretas con los banqueros (aunque no lo descarto), pero más allá de
eso somos los individuos, los que con nuestros valores y actitud decidimos
darle poder al "sistema" recayendo en las oportunidades que nos
ofrece y su doctrina basura de como se deben hacer las cosas o vivir en
sociedad.
1 comentario:
Creo que ese es el verdadero significado que tiene la palabra "reformador".
Lo vinculamos mucho a "doctrinas", sin embargo, la palabra "reformador" debe recaer en cada cristiano consciente de su incidencia en la sociedad y la capacidad potencial de generar cambios sociales.
Pienso que la Biblia nos llama a ser "reformadores". Primero, como dices tú, en la casa, junto a la familia; luego, en la iglesia y, posteriormente, también en la sociedad.
Qué lamentable que hace tanto tiempo que no se levantan cristianos que dan su vida por generar cambios sociales.
Este tipo de reflexiones deberían ser más predicadas en los púlpitos y la iglesia debería ser más exhortada al respecto. Tenemos gran labor en medio de esta sociedad envenada por políticas públicas que para nada se asemejan a lo bíblico.
Un abrazo, Jorge. Gracias por tu publicación ;D
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