lunes, 22 de noviembre de 2010

Cárcel


el Viernes, 08 de octubre de 2010 a las 3:10

Preso en una cárcel de paredes cóncavas...
Surcos que guían al agua espesa y carmesí que emana de sus paredes
Cadenas y grillos apresan pusilánimes pies que no desean caminar,
Siquiera sostener un cuerpo languidecido,
Incapaz de fulgurar un atisbo de esperanza...
Una cárcel...
Un espacio incapaz de concentrar libertad en ninguna de sus formas.
Una cárcel...
El único raspado de libertad se anida en su universo mental,
Atiborrado de pensamientos y evocaciones oníricas
Una cárcel...
Poco a poco se le hace más difícil ocultar lo que sus ojos traslucen,
Esa atracción magnética al objeto de su deseo,
Pero no hay libertad... 
Una cárcel...
Los ojos de ella... Profundos… que despiden una luz infinita
Y profusamente desbordan en la más pura belleza
Sus labios de almíbar, hermosura infinita, inefable...
Bordean su lado, corrientes de aguas...
Cual río envuelve al árbol más bello y firme...
Le rodean y le rozan sin saber, sin siquiera percibir la dicha de su presencia.
De ella, dulce, inmensa... 
De ella,
Quién aún siendo perfecta no se ufana de ello
De ella... de sus ojos sinceros, de su frustración... de ella...
Y yo solo miro... la oigo... contemplo
Y me vuelvo a tapar en esta fría y maldita cárcel.

Jorge Cabrera D.



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