martes, 1 de noviembre de 2011

Abuelito...






Miércoles, 17 de agosto de 2011, 0:11


Siempre fuiste un orgullo para mi, siempre sacaba pecho diciendo que mi abuelo no era como todos, 75 años y siempre como roble, un abuelo que trabajaba en su taller y labraba con pasión la madera para darle forma... Ir a su casa era una aventura, ver su biblioteca con grandes libros que de seguro conocía de memoria, ese par de espejos tallados en el living, inmensos, majestuosos, las esculturas de piedra en el patio, las charlas de computación que me parecían inverosímiles en un hombre de su edad... para mi siempre fuiste un sabio, autodidacta, un profesor de matemáticas, un hombre que amaba su familia y con esfuerzo y amor llevó sus ocho hijos adelante, siempre adelante... Atrás, en el taller, el olor a barniz, el ruido de las maquinas, los perros y la viruta en el suelo... el té casi sagrado cada día a las cinco de la tarde en punto, aunque hubieran treinta grados de calor... Las bolsas de dulces cada Navidad y Año Nuevo, de esos Sunny y Privilegio cuando niños, el olor a pino del árbol natural en el living con todos los tíos y primos reunidos, el Champán y el típico Martini... Las noticias en canal cinco a la hora de once, sus discursos y discusiones acerca de política y formas de gobierno... su té con miel... su sonrisa tímida y el entusiasmo que ponía al enseñarme algo que le preguntaba. El esmero que ponías con tu tester arreglando mi moto y sus luces, metiendo mano entre los cables, y sin estar tranquilo hasta que se arreglaba la cuestión. 
Tu no era cualquier abuelo, eras excepcional y no porque ya no estés aquí, o porque seas mi abuelo, estoy seguro que todos los que te conocieron pueden decir lo mismo, "el viejo sabio" como te decían... pero siempre humilde. No eras el típico abuelo enclenque, eras literalmente un roble, sí, un roble, siempre decía eso... Quizás tanto trabajar la madera con nobleza... ella te regalo parte de su hermosura y vigor... Gracias a ti conozco más maderas que el pino... coigûe, ébano, raulí, cedro, eucalipto, roble...
Vivimos cerca toda la vida y doy gracias a Dios de cada momento que pasé con usted por breve que fuera... 
Nunca te lo dije pero te amo abuelo... hoy llegué tarde y no pude decirte adiós como quería hacerlo, en vida.
Gracias por todo lo que me diste, sin decirmelo, por tu cariño y amor... Tengo la esperanza de verte de nuevo y aunque no tengo la certeza, creo en mi corazón que así será.
Te amo abuelito... En mi corazón vivirás para siempre y quizás algún día aprenda a hacer las cosas hermosas que hacías con tus manos... Gracias por enseñarme el valor de la familia.
Hasta pronto abuelito Oscar... ♥ te fuiste como un grande...

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‎‎"Ahora lo sé. No te quiero por tu cara, ni por tus años, ni por tus palabras, ni por tus intenciones. Te quiero porque estás hecho de buena madera." ♥ Mario Benedetti

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